miércoles, 24 de diciembre de 2008

Guía para Erasmus en Cardiff (Gales)

El principal objetivo de este blog, cuando lo creamos, era ir contando nuestra experiencia Erasmus al tiempo que la vivíamos. Apenas lo hicimos, por holgazanería y porque la vida es tan intensa en esos pocos meses, que para ese tipo de cosas o no tienes tiempo o se te pasan.

Para que este blog, al menos, sea de alguna utilidad, he decidido hacer una pequeña guía para todo aquel que se quiera ir de Erasmus a Cardiff, a Gales o al Reino Unido. A mí, personalmente, me hubiera gustado tenerla y me habría resultado de gran ayuda. Aquí os dejo los consejos que han surgido de mi experiencia, que no tienen porqué ser los mejores. Pero, ante todo, mi principal consejo es que no os ajustéis ni a los consejos ni a las guías. Improvisad. Los viajes planeados a última hora y las actividades o las fiestas que surgen de repente son las mejores.


Lo básico: cómo llegar

A Cardiff hay pocos vuelos directos y son caros. Easyjet y varias compañías vuelan a Bristol, que está a 40 minutos en tren de Cardiff. Lo normal es volar allí, coger el bus hasta la estación de tren y, desde allí, irte a Cardiff. Importante: no voléis de noche, porque la estación de tren cierra y es posible que tengáis que dormir en la calle o pillar un taxi hasta Cardiff, que son 80 libras (120 eurazos).

También puedes volar a Londres y luego coger un bus o un tren a Cardiff. Esto os llevará más horas y, probablemente, será más caro. Aún así, hay una opción bastante barata que es coger un bus con la compañía Megabus, que cuesta sólo seis o diez libras. El problema es ir desde el aeropuerto hasta la estación en la que tienes que coger ese bus, que es la Victoria Coach Station.


Lo que más te importará antes de ir: el alojamiento

Las zonas en las que vivir:

Si vais a estudiar en Cardiff University, la mejor zona para vivir es Cathays, porque está justo al lado, pegada al centro y llena de estudiantes.

Si, como nosotros, estudiáis en la UWIC (campus de Cyncoed), os recomiendo Roath, especialmente la zona más pegada a Roath Park, que es preciosa, aunque esté algo más lejos de los supermercados. La zona de compras es Albany Road. Cualquier casa alrededor de esa calle os viene bien. Está a cinco minutos en bus de la universidad, tienes todo lo que necesitas y el centro está también a cinco minutos en bus o una libra por cabeza en taxi (tampoco pasa nada por andar 20 minutillos).

Si estudiáis en la Universidad de Glamorgan o en el campus de Llandaf de la UWIC, lo que mejor os viene es la zona que llaman Canton. Para el campus de Howard Gardens de la UWIC, lo mejor es algo cercano a Albany Road o City Road. Para cualquier otro campus, no sabría deciros, pero no pilléis nada que esté muy lejos del centro ni de lugares de compras. Os podéis morir si tenéis que andar cinco kilómetros cargados de bolsas o de vuelta a casa después de una noche de fiesta.

Cómo conseguir alojamiento:

Si querías vivir en un piso de estudiantes, mala suerte. No existen. Lo que hay son casas (más bien casones porque son enormes) de estudiantes y también residencias. Os recomiendo las casas, porque tienes más libertad, porque algunas son muy chulas y porque son más baratas.

Para conseguir una habitación en una casa de estudiantes (cuestan alrededor de 200 libras al mes, en algunos sitios más, en otros menos), lo mejor es contactar antes con una agencia que se dedica especialmente a eso. Hay dos que os recomiendo: Keylet (es la que más tiene) y 2let2 (está al lado de Keylet y trabajan rápido, pero a nosotros se nos quedaron con la fianza).

Mi consejo: contactad con ellos desde España (los dos tienen página web) para decirles que vais a ir y que queréis que os enseñen habitaciones. Coged una pensión, un Bed and Breakfast o un hotel barato para los dos o tres primeros días. Id allí, que os enseñen habitaciones y será difícil que en menos de tres días no estéis ya viviendo en ella.


Las clases en la universidad

Ante todo, vayáis a la de Cardiff, a la UWIC o a la de Glamorgan, no penséis que va a ser difícil. En la primera y en la tercera dicen que es un poco más complicado, porque te mandan más trabajo a diario. Pero en las tres, el nivel es asequible. El sistema inglés es muy similar al del plan de Bolonia. Se supone que la mayor parte del trabajo lo debes hacer en casa, pero luego, aunque lo hagas todo a última hora, no suele haber problema.

En la UWIC, ya os digo que no vais a suspender, salvo que no vayáis a clase. Allí el sistema consiste en que cada asignatura tiene dos clases semanales: una es una lección del profesor y otra es un seminario que cada semana hace un alumno sobre un tema y el resto simplemente tienen que debatir sobre ese tema (vamos, les hacen dar su opinión sobre cosas de las que no tienen ni idea y por eso, aunque la mayoría son unos ignorantes, se creen que saben mucho). Si te lo curras un poco, no tendrás problema para ser el mejor de la clase, especialmente en las asignaturas de primer y segundo año.


La vida en Cardiff

Cardiff es una ciudad pequeña, pero que tiene de todo. Es un sitio agradable en el que vivir. Es bonito (tampoco es que sea Edimburgo, pero desde luego es una ciudad coqueta) y tiene bastante vida. Hay unos 30.000 estudiantes y, cuando no es periodo de vacaciones, la ciudad tiene un buen ambiente de gente joven.

- Transporte: Puedes ir a cualquier sitio andando y en bus te pones en cualquier parte en cinco minutos. Te puedes sacar un abono de estudiante por 200 libras para todo el año, pero, en mi opinión, no vale la pena. Siempre depende de lo que vayas a usar el bus, pero pagar un taxi entre cuatro es más barato y sacarte un bono diario de autobús cuando sepas que lo vas a coger varias veces son mejores opciones. Cualquier cosa me parece mejor que dejarte 300 eurazos en un bono que, a lo mejor, luego no vas a aprovechar.

- Gentes: Lo mejor de tu experiencia Erasmus va a ser conocer y compartir un año entero con gente de otras partes de Europa. Sobre todo, si vas a la UWIC, te lo pasarás genial, porque el número de Erasmus es muy reducido (unas 25-30 personas) y os creáis un grupo muy majo con el que salir y hacer de todo. Los ingleses no son la gente más amigable del mundo (tened cuidado los sábados con la gente que viene del pueblo, te pueden crear más de un problema si ven que eres extranjero), pero puedes dar con algunos, de mentalidad más abierta, con los que entablar amistad. Mi consejo: si vais a las universidades de Cardiff o Glamorgan no os juntéis con demasiada gente española, aprenderéis mucho menos inglés y tendréis menos casas que visitar al año siguiente alrededor del mundo.

- Los horarios: Os tendréis que acostumbrar al estilo de vida de allí, aunque no hace falta que os transforméis del todo en británicos. Ellos comen sobre las 12 o la una y cenan a las seis de la tarde. Nosotros no lo hacíamos porque a las 12 no teníamos hambre y a las seis de la tarde tampoco. Pero es mejor que os intentéis ajustar a ello, más que nada por si luego vais a salir. La gente allí empieza a salir a las nueve o las diez y la mayoría de sitios cierran a las dos o las tres. Los escasos sitios que cierran más tarde suelen ser más caros.


Lo importante: la fiesta

Antes de nada, debéis saber que, para los estudiantes, lo lógico es salir durante la semana. Cada día, de lunes a viernes, hay fiesta del estudiante en un sitio distinto y los locales están a rebosar. El fin de semana llega la gente de fuera, todo es el triple de caro, es más difícil entrar en los sitios y es casi imposible encontrar taxis para volver a casa. Aún así, hay algunos sitios a los que se puede ir tranquilamente un viernes o un sábado.

Por cierto, como ya he dicho, la gente empieza a salir a las nueve o las diez y los locales cierran a las dos la mayoría, a las tres unos cuantos y a las cuatro, las cinco o las seis muy pocos. Lo mejor, como la bebida es tan cara, es quedar con los amigos primero para beber en casa y echar unas risas. A las 10.30 u 11 te pones en marcha hacia el centro de la ciudad y entrarás en los sitios sin problema. En algunos, eso sí, habrá mucha cola los días que sea la fiesta del estudiante.

Estos son los principales lugares por los que irse de parranda:

- Oceana: Es, probablemente, el sitio más significativo para salir. Es el único que, vayas el día que vayas, está lleno. La bebida es barata (en comparación con el resto de sitios, claro) y tiene dos salas para elegir: una con música disco (ponen clásicos y te lo pasas bien, te echas unas risas) y la otra con hits, éxitos del momento y algo de house.

- Tiger Tiger: Es similar a Oceana, con la diferencia de que se llena sólo unos días en concreto y, el resto, es bastante aburrido. Tiene tres salas, pero no siempre están abiertas. A comienzos de curso está muy bien porque hacen un montón de fiestas para estudiantes. La música es la que suene en la MTV en ese momento, aunque tiene salas que son más de house.

- Philarmonic: Es medio bar, medio discoteca, pero está genial para tomar las primeras copas o, incluso, quedarse ahí toda la noche si hay gente. Las copas son baratas, la música es divertida y para los fines de semana, cuando todo está lleno y es caro, es una buena opción.

- Welsh Club (también conocido como Clwb Ifor Bach): Personalmente, es mi favorito. Tiene tres pisos y en cada uno ponen música distinta, por lo que puedes escoger el que más te guste. Abajo suelen hacer conciertos y poner clásicos del rock y arriba es más de hits (el del medio no sabría definirlo). Es relativamente barato y para el fin de semana es una buena opción.

- Liquid: Es lo más caro de Cardiff, pero tienen un día del estudiante, el martes, que es todo más asequible y está bastante bien. De música, lo típico: los hits del momento y algo de house.

- Metro’s: Es una discoteca de rock y heavy. Va gente un tanto rara y huele muy muy mal. Con todo, dicen que los miércoles está bien, porque es el día del estudiante (yo sólo lo probé un viernes: estaba vacío y olía a pis).

- Rizza y el que está al lado, no me acuerdo del nombre: Son la misma mierda, pero son los sitios en los que más se liga. Hay mucha borracha galesa.

- Buffalo’s: Es un bar chulísimo en el que hacen cosas alternativas, como visionados de películas, documentales o actuaciones. Por la noche, en la parte de arriba, hacen sesiones de música electrónica, house, oldies,… depende del día. Está muy bien, y los cócteles están buenísimos, pero es muy caro.

- Ten Feet Tall: Pertenece a los dueños de Buffalo’s. Es un sitio muy nuevo, alternativo y con música chula (indie, rock, a veces hasta clásicos). Si no fuera tan caro y fuera un poco más grande, sería de los mejores sitios para salir.

- Revolution: Cuando abrió no estaba tan mal pero, ahora, para mi gusto, es una mierda. El sitio es enorme, por lo que suele estar vacío, pero aún así te tienes que comer una cola de una hora para entrar. Parece ser que el hecho de tener cien personas esperando en la puerta da prestigio. La música es la típica de las discotecas inglesas (lo que esté de moda en ese momento) y el ambiente, tampoco es nada diferente.

- Walkabout: Los jueves se llena hasta la bandera y llega a ser un poco agobiante. No está mal. La música es la típica para sitios de estudiantes y, al igual que en Rizza, suele haber mucha guarra.

- El resto: El Zinc está lleno de bandas de negros y sudamericanos que están casi siempre a leches, pero tiene de bueno que por la semana es de los sitios que más tarde cierra. El Square es grande y es gratis, por lo que es una buena opción cuando el resto de sitios ya están llenos. Los locales de música retro de Sant Mary Street ni los piséis. El Fantasy es nuestra gran cuenta pendiente, porque nunca fuimos (es el bar de tetas, jaja). El Aqua dicen que no está mal (yo no he ido). Lloyd’s Bar es un sitio muy bueno para tomar las primeras copas o para salir en plan tranquilo. En La Tasca te echas unas risas si te arrancas a bailar salsa y hay muchos españoles (no comáis allí, es carísimo).


Otras actividades en la ciudad

En Cardiff, la verdad, no hay mucho que ver. Si te informas bien hay muchos conciertos, obras de teatro y bares en los que sale gente al escenario a improvisar. Pero, por lo demás, los únicos sitios de interés cultural que hay son el Castillo, el Millenium Stadium (no os vayáis sin ver allí un partido de rugby) y Cardiff Bay. En un día ya lo has visto todo. La ciudad, en sí, es bonita, pero por lo que más os va a gustar es por el estilo de vida (el del Erasmus) que vais a llevar allí: quedar un día sí y otro también con vuestros amigos Erasmus, iros a echar un partido de fútbol a Roath Park o de basket a Howard Gardens, viajar a cualquier parte del país cuando te apetezca, montar fiestas en casa,…

Una recomendación: durante el Seis Naciones de rugby, id a ver un partido a un bar típico del centro, es impresionante cómo lo viven. Eso sí, no os metáis en los dos o tres que están justo enfrente del estadio, que son como las Herriko Tabernas vascas: están llenos de independentistas galeses que te pueden crear algún problema si ven que eres extranjero.


A dónde viajar

Estando en Cardiff, hay un montón de sitios cercanos a la ciudad que no se pueden dejar de visitar y que están muy bien para pasar un fin de semana o, incluso, un solo día:

- Tenby: id, sí o sí. Es un pueblecito costero, que está a unas dos horas y media en tren desde Cardiff. Es pequeño, pero está muy bien para pasar una noche allí. Es precioso y, si pilláis un día soleado, os lo pasaréis genial en la playa. Además, por la noche hay varios sitios en los que tomar unas cervezas, karaoke y, si no recuerdo mal, una discoteca.

- Swansea: No está mal para pasar un día o dos. Está muy cerca de Cardiff y podéis ir por la mañana y regresar por la noche. Dicen que hay una playa cercana que está muy chula (yo no la conocí). La ciudad en sí no es que sea una maravilla, pero tiene bastante vida. Si os quedáis una noche allí, seguro que hay un montón de sitios para salir que están bien (nosotros sólo fuimos un día, pero había vimos que había muchos bares y discotecas alternativos y varios conciertos).

- Bath: Es una ciudad romana, pequeña, pero muy bonita. Se ve en un día y está como a una hora en tren desde Cardiff. Es una buena opción para un viernes que no tengas clase, por ejemplo. Te la recorres entera andando, ves los edificios (que algunos están muy chulos), puedes entrar en algún museo, en la basílica o en las ruinas romanas,… y luego ya a enjarrillarte y disfrutar de la cultura de bar hasta la hora de volver.

- Bristol: Sólo fuimos para coger el avión, pero dicen que está bastante bien. Yo, de lo poco que vi, no me llamó la atención nada.

- North Wales (Norte de Gales): No he estado, pero es chulísimo (no os lo enseñaron en fotos gente que fue). Lo mejor es alquilar un coche (en transporte público es casi imposible conocerlo bien) e iros allí entre unos cuantos, sin haber reservado nada, a la aventura, a ver acantilados y lugares recónditos (lo mismo os digo para Tenby).

- Hay-on-Wye: Es la excursión típica para hacer con la universidad. Os llevarán seguro. Es un pueblecito de unos 1.500 habitantes, que tiene 38 librerías y el festival de libros más famoso del mundo. Es muy curioso, en las librerías puedes encontrar cosas extrañísimas y está bien para ir un día allí, volver pronto y luego irte de fiesta.

Más allá de los sitios cercanos a Cardiff, evidentemente, el Reino Unido tiene un gran número de lugares que visitar. Nosotros no estuvimos en todos pero, de los que vimos, os recomiendo algunos:

- Escocia: No os vayáis de Gran Bretaña sin ir a Edimburgo. Es guapísimo. Es muy barato alquilar un coche para cinco días entre cuatro o cinco personas y hacerte un tour. En otro tipo de transporte, te saldrá carísimo. Os recomiendo pasar un par de noches en Edimburgo (si os alojáis en el Castle Rock Hostel os vais a enamorar) y, por el camino de ida y de vuelta, visitad Lancaster o Manchester. Desde luego, por muy bien que os hablen de esta ciudad, no vayáis a Blackpool. Es un antro, una especie de Las Vegas derruido, en mal estado y desierto si no es julio o agosto. A los británicos les encanta, pero porque son eso, británicos.

- Liverpool: Es un viaje que os da para pasarlo genial tres o cuatro días. Tiene varios sitios de interés, The Cavern (el local en el que tocaban los Beatles, aunque éste es una reconstrucción) es la leche y el ambiente nocturno está bien. Eso sí, no os alojéis en la zona de Anfield, donde el estadio del Liverpool. Es peligrosa y está muy lejos del centro.

- Londres: Los billetes son baratísimos con Megabus, por lo que, si te apetece, incluso puedes ir y volver en el día. Londres es Londres y será difícil que no os guste. Eso sí, es lo más caro de todo el país. Si os vais a quedar allí unos días, informaos bien, preguntad a amigos e intentad que os sajen lo menos posible.

- Oxford: Está muy bien para pasar un par de días. Los edificios de la universidad están por toda la ciudad y son una pasada. El ambiente nocturno está bien y hay variedad: puedes ir a bares a tomar una cerveza y charlar (la gente, la verdad, hasta tiene pinta de culta, incluso pese a ser ingleses) o a discotecas.

- Sur de Inglaterra: No hemos ido, pero la gente habla bastante bien de sitios como Bournemouth o Brighton. Por lo que tengo entendido, son sitios de veraneo, por lo que si vais en invierno a lo mejor, como nos pasó a nosotros con Blackpool, os lleváis una gran decepción.

En resumen

Hagáis lo que hagáis, vuestro año Erasmus va a ser una experiencia inolvidable. Sobre todo si improvisáis y hacéis en cada momento lo que más os apetece. Decir, de repente, a la una de la madrugada, “Vámonos de fiesta”, cuando sabes que casi todos los sitios cierran a las dos, puede convertirse en una noche tremenda. O también, por ejemplo, decidir hacer un viaje la misma noche antes de partir, sin tener hotel ni billete de tren. Las cosas que no te esperas que sucedan suelen ser las mejores.

jueves, 24 de abril de 2008

Los puntos sobre las íes

Pues nada. Que he estado releyendo la última entrada que escribí y, aunque el blog ya está bastante muerto, me veo en la obligación de aclarar ciertas cosas. Para empezar, nuestros compañeros de piso no son majísimos. Taela es bastante agradable, aunque tiene sus cosas, pero los gavachos son unos putos franceses retrasados. Miento. Uno de ellos es buen chico, pero se resguarda en el otro y se contagia de su severa estupidez. No entienden que no es normal poner música o una película a todo volumen a altas horas de la madrugada, no entienden que coger sistemáticamente todo lo que no es tuyo es robar y no son capaces de dar la cara cuando hacen algo mal, simplemente mienten.

Más cosas que aclarar. Cardiff está bien. Es una ciudad agradable, en la que se pueden hacer bastantes cosas y tiene muchas posibilidades para pasártelo bien. Ahora, no recomiendo a nadie salir por aquí un sábado. Es el día en el que llegan las chicas de pueblo y les da por vacilar a todo el que se le pone por delante, especialmente si eres extranjero. Te puedes ganar una paliza si les dices algo, porque no les cuesta nada ir a donde una pandilla de tíos y decirles que les has tocado el culo o cualquier otra cosa, con tal que te den un escarmiento (conocemos gente a la que le ha pasado).

Ahora bien, eso es sólo los sábados. El resto de los días te topas con gente majísima, chicas que van con muy poca ropa y borrachos que se hacen tus mejores amigos en cinco segundos. ¿Y a qué se debe este comportamiento tan amistoso? Probablemente tenga algo que ver con el hecho de que los británicos, en general, son bastante retrasados. Quizás quede bastante indecoroso utilizar esta palabra, pero la única otra que les haría justicia es “limitados” y es prácticamente lo mismo.

Pues sí, basta pasar unas cuantas horas en una universidad británica para darte cuenta de que, pese a que normalmente el sistema de educación español sea considerado indeficiente, le da mil vueltas al de la pérfida Albion. Aquí los chavales llegan a la universidad sin tener ni idea de nada, ni una mínima cultura general, más allá de las cuatro chorradas que saben de su país. Para más inri, cuando llegan a la supuesta cuna del saber, les apremian por dar su opinión sobre cualquier tema, cuando no saben nada de nada. Sí, así es, las clases en Gran Bretaña se basan en dar tu opinión sobre temas de los que no tienes ni idea y luego irte para casa. Así se entiende que los británicos piensen que saben de todo cuando, en realidad, no tienen ni puta idea.

Bien, seguimos. Parece mentira comprobar cómo en uno de los países más respetados (en todos los sentidos) de Europa cualquiera puede ser profesor de universidad. En serio. Nos hemos encontrado con los personajes más pintorescos. Desde auténticos ignorantes a personas que tienen cierta idea en una materia muy concreta pero que no saben nada de ninguna otra (pasando por gente que por no saber no sabe ni cuándo tiene que ir a clase o dónde guarda sus notas). No exagero. Algunos buenos los hay, pero cualquiera puede ser profesor en Gran Bretaña. Sólo tiene que tener un poco de labia para que parezca que posee ciertos conocimientos. Los alumnos se quedarán con la boca abierta.

Puede que todo esto parezca un poco exagerado. Juro que no lo es. Más pruebas: en ocho meses que llevamos aquí, no hemos dedicado más de un día a trabajos que se supone que deberíamos hacer durante varias semanas y después de leer varios libros sobre la materia. Bien, pues en todos esos trabajos hemos sacado más nota que los otros alumnos. Y no es por que seamos Erasmus y nos lo pongan más fácil. ¡Es que realmente eran mejores! Es impresionante ver los trabajos o las presentaciones de los alumnos locales (salvo las que están hechas por gente de los últimos cursos). Parecen hechas por niños de siete años. Y, lógicamente, luego llega un alemán, un belga, un español o quien sea y los profesores se quedan anonadados. Claro que siempre está el típico profesor que no soporta que los extranjeros saquen más nota que los locales y te califica por debajo aunque no lo merezcas.

Bien. Creo que ya me he desahogado del todo. Ahora he de decir que, amén de todo lo citado en las líneas superiores, esto es el paraíso. ¿Y cómo no va a serlo? Pasar un año en el extranjero, conocer a un montón de gente adorable, no pegar un palo al agua, asistir a clase lo justo, pasarte el día de fiesta o en actividades de ocio, visitar lugares preciosos y, además, tener tiempo para aprender a tocar la guitarra. No se puede pedir más. Realmente recomiendo la experiencia Erasmus. Es algo inolvidable. Lástima que nos haya vuelto tan vagos como para no escribir asiduamente nuestras peripecias en el blog. Quién sabe. Tal vez un día nos dé por contarlas todas. O casi todas.

Besos y abrazos,

Ales

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Disculpas

Hola, amigos lectores y compañeros. Os debo una disculpa.

Estos días he tenido por mi parte el blog un poco desactualizado. ¿Motivo? Pues falta de tiempo, líos con otros blogs y, sobre todo, inapetencia. Simplemente estoy con las ganas y el ánimo un poco bajos, por eso he dejado a medias mi entrada de la visita que hice a Gales. Lo siento, amigos.

En otro orden de cosas, desde Madrid hemos mandado a dos emisarias para que nos traigan noticias de cómo le va a las "romanas" desde su último post. En el momento en que escribo esto, ya estarán de camino a la cittá eterna.

Bueno, espero retomar esto pronto. Hasta entonces, un saludo.

-Carlos-

martes, 23 de octubre de 2007

Roma, nuestra ya cittá eterna


Sintiéndolo mucho chicos (Ales y Luis Mi), las Supernenas no nos íbamos a quedar atrás con nuestra entrada triunfal de Erasmus. Así que permitidnos que califiquemos vuestras aventuras iniciales como simples nimiedades. Que no suene a competición, pero leed y juzgad.


Nuestra aventura de Erasmus comienza en el momento en que, todavía en Madrid, nos comunican que nuestro piso en Roma va a ser una mansión de siete habitaciones 'piu vicina' a la famosísima Pizza di Spagna. Sin haber pisado la ciudad, nos sentimos las reinas romanas. Pero no sabíamos la jugarreta que el destino nos tenía preparada.

Llegamos al aeropuerto de Fiumicino con una hora de retraso y en un ademán de caridad cristiana, ayudamos a una pobre y pequeña monjita a recoger las maletas. Éramos tan felices... pobres ingenuas... Por si fuera poco, a las tres reinas las iba a recoger un, dejémoslo en cortés, italiano llamado Paolo. Ya con las maletas en mano cruzamos el umbral y ahí estaba él con cartelito y todo. Subimos nuestras pertenencias a su flamante monovolumen, no sin dificultades -ya que las pertenencias de las reinas nos suelen ser escasas y nosotras éramos tres- y nos dirijimos a nuestra 'encantadora' residencia. Como nuestro italiano brillaba por su ausencia, el tal Paolo hablabla y hablaba y nosotras no entendíamos nada, pero decíamos a todo que "sí", que "va benne"... como tres imbéciles, hasta que la 'conversación' alcanzó un punto de inflexión cuando oímos la fatídica frase de: "Vuestros compañeros de piso son muy simpáticos y os van a ayudar a subir las maletas". Cris, que estaba sentada en el lado del copiloto, se volvió hacia atrás como diciendo "¿Habéis oído lo mismo que yo?". Sí, lo habíamos oído.

A partir de ahí ni sonrisas, ni "sí, sí" ni "va benne" sino..."¿qué coño dice éste?". Alucinadas, intentamos que nos diera una explicación al más puro estilo 'itañolo-atarzanao'. Le espetábamos... "ma la casa non é per noi tre SOLO?". El tío flipaba y nosotras empezábamos a conocer nuestro barrio, que tenía más de Bronx que de Ciudad Eterna. Arribamos, aparcamos y subimos... Cuando abrió la puerta, vimos a un especimen un tanto peculiar, parecido a un hobbit pero en versión andaluza, que se estaba haciendo una tortilla con un chandal roñoso en una cocina más roñosa aún. Nos enseñaron la casa y nuestros respectivos cuartos y en un ataque de pánico colectivo decidimos que lo mejor para nuestra salud mental era bajar a la calle y fumarnos un piti. Hicimos un intento de cena en un restaurante cercano que ya estaba cerrando y después nos sentamos en la 'fermata' del autobús, donde hicimos LA FOTO DE ROMA. Nuestras caras, creemos, lo dicen todo.


Entonces recordamos que algo de bueno tenía la 'casa': Wi-fi, así que decidimos subir y ponernos a buscar CASA como locas. Porque hay que dejar claro que, a parte de que era una mierda y teníamos que compartirla con cuatro individuos bastante raros, nuestra universidad estaba a hora y media en transporte público (Carlos, eres nuestro ídolo). Nada que ver, por tanto, con Piazza di Spagna. Pero es que para más INRI, pagábamos 500 euros cada una, con lo cual de 'chollo' tampoco tenía nada. Sí, nos habían timado. Lo mejor de todo, es que el hombre que nos había vendido la moto tenía en su poder 4.500 euros nuestros de fianza y nosotras no teníamos ningún tipo de resguardo de aquello. Comprenderéis que nuestra situación era, como poco, 'jodida': estábamos en el país de los caraduras inmobiliarios, de los mayores fanfarrones, de la MAFIA, no sabíamos hablar italiano, nuestras clases empezaban en una semana y no teníamos en nuestro poder, precisamente, una Visa Oro.

El caso es que esa noche Belén y Cristina se quedaron dormidas con la ropa puesta encima del colchón, la primera, como un feto encogidita y la segunda, como Eminem con la capucha puesta y sin cambiar de posición en toda la noche (como dice Belén "tía, yo te miraba y no sabía si estabas boca arriba o boca abajo). Teresa, con un claro episodio insomne, pasó su primera noche en Roma pegada al ordenador buscando durante horas y horas apartamentos e información acerca del metro.

A la mañana siguiente, oliendo a rosas y nardos (por el bien de la comunidad no levantábamos el 'alerón', que no estábamos para perder tiempo con duchitas) nos echamos a la calle con el 'PortaPortesse' en mano. Ése fue el comienzo de la desesperada búsqueda de nuestro hogar. Casualidades del destino, y hasta los cojones del transporte público romano, optamos por coger un taxi por la zona del monumento a Vittorio Emmanuele. Tan desesperadas estábamos que al taxista lo licenciamos en psicología. Le contamos nuestras penas ya que era el "unico uomo buono che noi conoscemo" (todo esto, diciéndoselo con cara de corderitos degollados) y ése fue el comienzo de una bonita amistad, ya que nos ayudó en los traslados posteriores, nos llevó de cañas con sus amigos y, se convirtió en nuestro primer amigo de Roma. Stefano, te queremos. Esa noche volvimos a la Montagnola, es decir, al Bronx, cogimos nuestros bártulos, y salimos pitanto para, esperamos, no volver nunca más. Nuestro destino era un hotelito cercano al Vaticano que todo lo que tenía de pequeño, lo tenía también de acogedor y de sajador.

El resto de los días los pasamos 'pateándonos' Roma. De hecho, es posible que en esa semana andásemos más que si hubiésemos hecho el Camino de Santiago. Visitamos varias casas, a cada cual, peor. Antros subterráneos, casas sin un sólo mueble, habitaciones del pánico... y precios desorbitados. Por si fuera poco, nadie quería alquilarnos por ser estudiantes y porque el contrato era sólo para nueve meses. Los días pasaban, las tarjetas de crédito temblaban y nosotras seguíamos sin casa y casi sin ánimos, aunque hay que decir, que nos lo tomamos con bastante filosofía y humor. Coñas y anecdotas, por tanto, para dar y tomar.

Destacar el momento en el que abordamos a un pobre francés en la puerta de su casa (bueno, eso de pobre... relativo, no le importó mucho que se le metieran tres tías hasta su habitación). Pero ojo, no fue un ataque de lujuria, sino pura desesperación. El piso de abajo estaba en alquiler pero la inmobiliaria no nos dejaba verlo hasta tres días después. Demasiado tiempo para nuestros ánimos y carteras (hay que aclarar que el piso era, a priori, un pisazo). Así que nos dijimos "si está encima del nuestro, tendrá que ser igual ¿no?". Al abordaje, pues. Quedamos maravilladas. Aquel era EL piso. Aunque luego resultó que el nuestro no tenía nada que ver. Por tanto, uno más en la interminable lista de descartes. Eso sí, el tío se quedó con nuestro móvil.


Lo que no sabíamos es que nuestro ya hogar, lo habíamos pisado durante los primeros días. La que ahora es nuestra casa, fue la segunda opción que ojeamos (después de la Casa de la Nona, coña que ya expliaremos en futuras entradas). La cuestión es que, para variar, era, es, muy cara. Muy, pero que muy cara. Era necesaria una cuarta pringada. Precisamente hoy, que ha entrado una francesa, Madeleine (no os precupéis que no tiene tres años), escribimos esta entrada porque es cuando oficialmente damos por comenzada la temporada Erasmus. La buena vida no ha hecho más que empezar. Nos quedan por delante muchos meses de salidas, fiestas, clases ininteligibles, cursos de italiano, viajes y demás, pero lo que está claro es que nunca olvidaremos nuestros comienzos. Nunca olvidaremos de dónde venimos. Como dice Jennifer Lopez, "I´m still, I´m still supernena from the Montagnola-block"...no matter where I go, I know where I come from: THE BRONX"

¡Hasta la siguiente!, o lo que es lo mismo, A doppo!

Ciao belli!!!!!!!!!!!!!!!!!

jueves, 18 de octubre de 2007

Viaje a la pérfida Albión (1)

Día 1 (noche) - ¿Y mi maleta?

“A ti te tenía que pasar, Carlos”. Ese fue el primer pensamiento que cruzó mi cabeza, y que posteriormente sería reproducido por amigos y compañeros de la universidad, cuando los cabrones de Aer Arann me perdieron el equipaje.

¿Y cómo fue esto? Pues mirad: yo facturé el equipaje para que fuera a Cardiff directamente, para así no tener que volver a facturarlo en Dublín, donde hacía escala. Hasta la capital irlandesa volé con Iberia, y desde allí hasta Cardiff cubrí el recorrido con un infame e irrisorio bimotor de hélice más estrecho que un autobús interurbano, propiedad de la ignominiosa Aer Arann. Parece ser que, mientras yo, feliz, leía un libro de Noam Chomsky y tomaba una Coca-Cola de 25cl por la que me había soplado una libra en mi asiento, mi equipaje se quedaba en Dublín.

Así que ahí estaba yo, hablando con una mujer danesa a cargo de la oficina de reclamaciones, contándole mi vida y obra, y la terrible desgracia a la que me habían condenado los de Aer Arann. Llamo a mi madre y le cuento el panorama, y luego hago lo mismo con Luismi. “Si es que, ¿para qué vienes, friki? Siempre te tiene que pasar algo.” Dejo a la amable danesa en paz después de que me entregase una colección de impresos de reclamación y prometerme que harían lo que estuviera en su mano. Sólo con mi equipaje de mano y con mi ropa sudada me dirijo hacia la estación de autobuses, donde uno me llevará hasta la Cardiff Central Station, lugar de reunión con mis antiguos camaradas. Hora local: 22.00 horas aproximadamente.

Un policía me dijo que mi autobús tardaría en llegar aproximadamente 40 minutos. Consideré en ese momento más adecuado para mi salud y mi nervios dejarme más de 20 libras en un taxi hasta la CCS. Minutos después de agradable conversación con el taxista (escocés, por cierto, pero se le entendía bien), llegué a la estación, y poco después, se produjo el feliz reencuentro con Luismi, Ales y Tudelau, que había llegado horas antes que yo.

Con lo puesto, cenamos en un Subway y luego nos fuimos a un bar, el Billabong, un sitio agradable donde tomarte una pinta de cerveza rubia o lager. Tras unos minutos de charla en los que les puse al día con lo ocurrido durante su mes de ausencia, la pifia con mis maletas y otros asuntos, apareció Steffi, una chica alemana que ha hecho buenas migas con Ales y Luismi. Es agradable y simpática. Tiene cara típicamente sajona, lleva gafas y calza unas rastas en la cabeza que Tudelau juzgó como bien elaboradas y cuidadas. Terminó cayéndome bien.

Nos despedimos de Steffi, y nos vamos a casa de los mangurrianes, el número 29 de Boverton St. Conocemos a Pierre y a Julienn, los dos compañeros franceses con los que viven, gilipollas y majete respectivamente. Taela, la otra compañera, está enferma y durmiendo, cosa que nosotros haríamos en breve.

Día 2 (mañana) – Una universidad bien UWICada

El ladillo es un chiste tan estúpido que ni siquiera me ha hecho gracia a mí cuando lo he escrito, pero ahí queda. Tras levantarnos bien tarde y yo vestirme con una amalgama de la ropa de Luismi y lo que quedaba sin sudar de la mía (los vaqueros, básicamente), acompañamos a la universidad a los señores Erasmus y, mientras ellos dan dos horas de clase, Tudelau y yo charlamos en la pequeña cafetería de la universidad.

Ales ya describió la universidad en este blog en uno de los primeros artículos, así que yo simplemente diré que es la leche. A mí, por lo menos, me pareció fantástica, Tudelau estaba un poco más desencantada.

Cuando volvimos a casa por fin conocimos a Taela, la dueña de la habitación más grande de la casa y una chica que trata de poner un poco de orden británico (es de Bristol) en la jungla de roña que han creado los otros cuatro chavales mediterráneos.

¿Planes para la tarde? Luismi y Ales nos comunican que nos han metido a destrangis en un acto para Erasmus. Pero esto lo relataré en otro post, amigos.

Salud.

miércoles, 10 de octubre de 2007

¡Vámonos!

¡Vamos que nos vamos! Hago una escalita en Dublín, y espero estar en Cardiff a eso de las 20:30 horas.

Ya falta poco, chavales...

sábado, 6 de octubre de 2007

“Aplástate aquí que estoy, ahora mismo, agustísimo”

Esta frase del difunto José Luis Cantero, el Fary, resume a la perfección nuestro estado emocional actual. Antes de explicar el por qué, os pido disculpas por el largo periodo sin escribir en el blog (desde nuestra exitosa primera entrada). Tenemos un motivo. Habíamos hecho un vídeo muy chanante en el que os enseñábamos nuestro barrio y nuestra casa, pero como me olvidé el cd de instalación de la cámara en España, no podíamos colgarlo. Hemos estado esperando a que nos llegara el cd, que mi amada madre se ha molestado en enviarnos. Sin embargo, cuando Mr. Postman (el cartero) pasó a dejárnoslo, no estabamos en casa. Así que hoy nos hemos pegado una caminata de una hora (creíamos que estaba más cerca, pero los mapas engañan) para ir a la oficina postal, que no está en Cardiff, si no en un pueblo cercano y, pese a llegar tres minutos antes de la hora de cierre, los eficientes empleados públicos galeses ya habían colgado el cartel de “Closed”. Por ello, me he decidido a volver a escribir en el blog, a la espera de poder mostraros la citada grabación.


Bien, como he mencionado más arriba, parafraseando al Fary, estamos agustísimo en la capital de Gales (por cierto, tenéis que ver el vídeo del que hemos sacado esta frase, es ultrachanante: http://youtube.com/watch?v=WosrUnjb2UQ) Tenemos una casa enorme (ya la veréis), en la que vivimos con dos franceses y una chica británica, todos majísimos. Estamos haciendo un montón de amigos de todas las nacionalidades (hará unas dos semanas hicimos una fiesta en casa y se juntaron unas 50 personas) y nos lo pasamos genial. Además, las clases en las que nos hemos matriculado son interesantísimas, nos motivan bastante y creo que vamos a sacar la mayoría de ellas con nota (aparte de que aprobar en una universidad británica no parece nada difícil).


Pero bueno, vamos a lo interesante, a aquello que os motivará a la mayoría de los que os habéis comprometido a reservar el billete de avión definitivamente y visitarnos: la fiesta. La fiesta de Cardiff es un tanto distinta a la española. Para empezar, aquí se sale absolutamente todos los días de la semana. Hay unos 40.000 estudiantes en la ciudad y, como hay pocas horas de clase y tampoco hay que estudiar mucho, los galeses salen casi todos los días. No sé cómo se lo pueden permitir, porque la verdad es que no es nada barato. Aunque el alcohol no es comparativamente tan caro como otras cosas, una copa doble (que se correspondería a una normal en España) te cuesta cinco euros en los sitios más baratos (salvo que vayas a una fiesta de estudiantes en las que hacen ofertas). Eso sí, el vodka no es vodka, es vodkater, no hay ron negro, sólo blanco, y los sitios cierran como mucho a las cuatro (también es verdad que se sale antes).


Aún así, ya sea en casa o fuera, nos pegamos unas fiestas bastante majas con bastante frecuencia. Las timbas de póker en nuestra casa se están haciendo famosas en todo Cardiff y nuestra capacidad para animar el cotarro provoca que todos requieran la presencia de los Spanish cada vez que quedamos los Erasmus de nuestra universidad. Algunos se han quedado asombrados de nuestras proezas, tales como “mañana tengo siete horas de clase pero aguanto de fiesta hasta las mil y con un pedo serio” o “si apuesto que corro completamente desnudo por la calle y pierdo, lo hago” (se ve mal y apenas se distingue la figura de Luismi, pero conseguí grabarlo para que quede constancia de ello).

Contaros más cosas ya sería excederme demasiado en la extensión y, probablemente, aburriros. Así que os dejo hasta la próxima entrada. He puesto algunas fotos de Cardiff para que veais lo bonito que es y os animéis todavía más a venir. Ayer fuimos a ver la Bahía y es una pasada. Espero que os vaya muy bien a todos en el siempre difícil regreso a las aulas de la UFV. Y a las de Roma, ojalá os lo estéis pasando tan bien como nosotros. Ya nos contaréis.

Besos y abrazos,

Ales